Tras un buen desayuno en el albergue Monte Aro, retomamos nuestra ruta a Muxía y Fisterra. Hoy no luce el sol como en los días anteriores, caminamos bajo un cielo encapotado con amenaza de lluvia. Nuestro primer hito del Camino, hoy es la iglesia de San Cristovo, aneja al cementerio de Corzón. Es curiosa la espadaña, totalmente independiente de la iglesia y en un nivel superior. Seguidamente tras un kilómetro llegamos A Ponte Olveira y cruzamos el rio Xallas, único rio de Europa que desemboca en cascada.


A continuación tras 1,5 km llegamos a Olveiroa, a la entrada un mural nos da la bienvenida, se trata de una interpretación simbólica del wakner. En un bar a la salida del pueblo hacemos nuestra primera parada


A la salida del pueblo, tras cruzar un arroyo, empezamos a subir, a la vez vamos divisando de nuevo el río Xallas, a la bajada cruzamos los pueblos O Logoso y Hospital, poco después el camino se bifurca, para ir a Fisterra a la izquierda y para ir a Muxía a la derecha nosotros tomamos este último camino.


El próximo pueblo es Dumbría, a la entrada nos encontramos con una bonita plaza con iglesia del siglo XVII, crucero y hórreo.


Con algo de lluvia, seguimos nuestro itinerario disfrutando de la Galicia más rural, en Trasufre, un lugareño nos ofrece agua, que aceptamos gustosos, nuestra próxima parada será en Casa da Coxa en Senande, allí pudimos degustar una riquísima tortilla hecha exprofeso y de una amena conversación a cargo de la cocinera, que nos enseñó un artículo de la Voz de Galicia donde se criticaba duramente unos carteles que han colocado en las «piedras sagradas» de Muxía, este detalle nos hizo saber la importancia que para los naturales de esta zona tienen dichas piedras.


Tras unos 5 km chispeando y tras pasar por las aldeas de Vilastose y A Grixa, llegamos a Quintáns, allí estaba nuestro estupendo albergue «Et Suseia», después de ducharnos y descansar un poco, fuimos al bar Plaza, donde para acabar el día disfrutamos de una magnífica cena a base de pulpo y calamares.


Albergue Et Suseia en Quintáns. Imagen de Google Earth.
Podríamos quejarnos de las nubes y de la lluvia, pero Galicia con sus paisajes con lluvia o sin ella nos enamora, pues la lluvia hace aún más melancólicos los campos gallegos. Otro día disfrutando del Camino, mañana nos quedan muy pocos kilómetros para Muxía, por lo que tendremos tiempo de conocer y disfruta de sus paisajes y monumentos.
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