«Y de la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.» Del libro del Apocalipsis.
Muchas han sido las emociones desde que en el Monte do Gozo divisamos Compostela, ahora está finalizando la misa del peregrino, los últimos acordes del órgano llenan la inmensidad de la Catedral, todos estamos deseosos que el sacerdote, esta vez, nos anuncie que se va a «tirar» el botafumeiro, cuando esto sucede hay un contagio general de alegría, y los peregrinos sonríen mirando a sus compañeros de tantos y tantos kilómetros. Rápidamente aparecen los «tiraboleiros» y después que el sacerdote haya bendecido el incienso, proceden poco a poco a elevar el botafumeiro, suena el órgano acompañando el canto del himno a Santiago: «Patrón de las Españas, amigo del Señor…», y mientras el perfume del incienso se expande por toda la catedral, cada vez más rápido y más alto surca el botafumeiro las naves del crucero, hasta casi tocar las bóvedas. Hay admiración y emoción en los ojos de los peregrinos y muchos graban con sus móviles el vuelo del gran incensario. Poco a poco va descendiendo, la ceremonia acaba y en el rostro de los peregrinos se ve la satisfacción por haber vivido estos momentos, en las puertas de la catedral todo son alegrías y abrazos.
La primera referencia escrita al botafumeiro es una nota marginal de 1322 en el Códice Calixtino, si quieres saber su historia y curiosidades puedes pulsar este enlace: El Botafumeiro. Santiago de Compostela.
Recientemente ha sido restaurado:

Los peregrinos, graban con sus móviles el vuelo del botafumeiro.

Sin Comentarios