Caminando a Roncesvalles, el peregrino siente la emoción que debieron sentir los antiguos peregrinos al ver estos paisajes, donde la belleza de la Naturaleza se une a la épica y la poesía de La Canción de Roldán, en estos lugares perdieron la vida los doce pares de Francia, en estos parajes hizo sonar Roldán su olifante pidiendo ayuda y Carlomagno, el de la barba florida, se encontró con que el arcángel San Miguel ya se había llevado el alma de su amado sobrino Roldan.


El peregrino, al salir de Saint Jean Pied de Port, tiene dos opciones, cruzar los Pirineos a través del Puerto de Cize, o bien hacerlo por el valle de Valcarlos, veamos lo que nos dice el Códice Calixtino:
«En territorio todavía de los Vascos, el Camino de Santiago pasa por un monte muy alto, denominado Port de Cize.» «A quien lo sube le parece que puede palpar el cielo con su propia mano. Desde su cumbre puede verse el mar británico y occidental, así como los confines de tres países, a saber: de Castilla, de Aragón y de Francia». «Junto a este monte, hacia el norte, hay un valle que se llama Valcarlos, en el que acampó el mismísimo Carlomagno con sus ejércitos cuando los guerreros fueron muertos en Roncesvalles, y por el que pasaban también muchos peregrinos que van a Santiago y no quieren escalar el monte. Luego, pues, en el descenso del monte se encuentra el hospital y la iglesia en donde está el peñasco que el poderoso héroe Roldán partió con su espada de arriba a abajo de tres golpes. Después se halla Roncesvalles, lugar en que en otro tiempo se libró la gran batalla en la cual el rey Marsilio, Roldán y Oliveros y otros ciento cuarenta mil guerreros cristianos y sarracenos fueron muertos.»


En el códice de La Pretiosa, del siglo XIII, conservado en Roncesvalles, se afirma sobre la acogida a los peregrinos: “La puerta se abre a todos, enfermos y sanos, así a los católicos como a los paganos, judíos, herejes, ociosos, y vanos, y a todos recibe como a sus hermanos”.
En este enlace se puede encontrar noticia sobre los servicios que se prestaban al peregrino en el antiguo hospital de Roncesvalles.


En este video se encuentra bastante información sobre la Colegiata de Santa María, el Claustro, la Capilla de San Agustín, la Capilla de Santiago, el Silo de Carlomagno y el Museo de la Colegiata.
Finalmente nos quedamos con Álvaro Cunqueiro que en su libro «El Camino de Santiago» nos cuenta la leyenda de la Virgen de Roncesvalles:
«El peregrino tiene que arrodillarse ante la imagen de la señora de Roncesvalles. Los eruditos aseguran que es una obra tolosana de finales del XIII o comienzos del XIV. Pero la leyenda de su descubrimiento es más antigua. Un ciervo paseaba estos altos, nocturno, llevando en sus cuernos dos estrellas. Pastores lo seguían, pero siempre perdían su rastro junto a una fuentecilla. Lo supo el obispo de Pamplona, y vino en su mula a ver que pasaba. Vio el mitrado el ciervo y le escuchó a la fuente un concierto de secretas flautas de plata. Un ángel que volaba por allí le dijo al obispo que cavase junto a la fuente, lo que este hizo, y allí apareció la imagen famosa. Fue en el año mil.»

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